Redacción
Dra. Liliana Maya R.
Investigadora principal
Dr. Carlos Larrarte P. Psicólogo y Médico Internista Médico alternativo
Coinvestigador
INTRODUCCION
La menopausia, marcada por la última regla y la disminución gradual de la producción hormonal, da paso al climaterio, una etapa que abarca cambios fisiológicos y afecta la salud y calidad de vida de las mujeres. Entre los 45 y 55 años, con influencia de factores familiares y genéticos, la menopausia espontánea se manifiesta, siendo el tabaco un posible acelerador.
Aunque algunas experimentan síntomas temporales, como sofocos y cambios de humor, este artículo se centra en la incontinencia urinaria en la menopausia como uno de los varios síntomas urinarios que pueden surgir en este periodo de transición hormonal durante la menopausia.
Aunque se vincula la disminución de estrógenos con la incontinencia urinaria, otros factores como la paridad, traumatismos del parto y la obesidad, también juegan un papel crucial en este complejo problema, cuya prevalencia aumenta con la edad.
MENOPAUSIA Y CLIMATERIO
La menopausia marca la última regla en la que los ovarios gradualmente dejan de producir hormonas. Se establece como espontánea después de 12 meses consecutivos de amenorrea sin causa aparente. Aunque los términos menopausia y climaterio tienen significados distintos, se utilizan comúnmente de manera intercambiable.
El climaterio abarca el periodo desde 2-8 años antes hasta 2-6 años después de la menopausia. el climaterio produce un cambio en la fisiología de la mujer, cambio que puede ser desfavorable en aspectos de su salud y calidad de vida. Así como hay mujeres que no perciben apenas sintomatología menopáusica, también las hay en quienes los cambios asociados a esta etapa vital son pronunciados, lo que se traduce en un incremento en el número de consultas clínicas relacionadas (Gómez, 2010).
Menopausia y Climaterio.
La menopausia espontánea suele ocurrir entre los 45 y 55 años, con una media alrededor de los 50-51 años a nivel mundial y en ciertos entornos específicos. Los antecedentes familiares y hereditarios son factores influyentes en la edad de presentación, mientras que el tabaco ha sido consistentemente asociado con un inicio más temprano de la menopausia, considerada precoz si ocurre antes de los 40 años.
Durante la menopausia, algunas mujeres experimentan síntomas temporales que, aunque no representan una amenaza grave para la salud, pueden resultar molestos y, en ocasiones, limitar la actividad.
Sofocos y sudoraciones: algunos entre otros síntomas de la menopausia.
Entre síntomas, se encuentran: los sofocos, sudoraciones repentinas, insomnio, dolor de cabeza, resequedad vaginal, mamarios, aumento de peso, depresión, ansiedad, cambios de humor pérdida de interés sexual, falta de concentración y síntomas urinarios entre los cuales se destacarán la incontinencia urinaria en la menopausia, tema especial de este artículo de revisión científica.
LA INCONTINENCIA URINARIA
El tracto urinario inferior tiene dos funciones: el almacenamiento y la eliminación oportuna de orina y cuando este no puede mantener su función de almacenamiento sobreviene la incontinencia urinaria (Torres, 2016).
Partes del tracto urinario.
La incontinencia urinaria hace parte de una seri de síntomas urinarios que se presentan durante la etapa de la menopausia. Esos síntomas urinarios abarcan las siguientes categorías: Infecciones urinarias, Síndromes de urgencia-frecuencia-nicturia, retención urinaria y la incontinencia urinaria.
La incontinencia urinaria se refiere a la pérdida involuntaria de orina que puede experimentar una mujer durante este período de transición hormonal. La menopausia, que generalmente ocurre alrededor de los 50 años, se caracteriza por la disminución de la producción de hormonas sexuales, como estrógeno y progesterona.
La incontinencia urinaria en la menopausia, es un problema complejo y multifactorial, cuya prevalencia aumenta con la edad. Aunque la disminución de los estrógenos podría contribuir a la incontinencia urinaria y a la presencia de síntomas urinarios (urgencia miccional)33, otros factores tienen un papel más relevante (paridad, traumatismos del parto, prolapso uterino y ciertos fármacos).
Incontinencia urinaria: fallo en el mecanismo de resistencia uretral.
Los cambios fisiológicos (acortamiento de la uretra distal, alcalinización del pH vaginal y desaparición del lactobacillus) podrían aumentar la susceptibilidad de contraer una infección urinaria en algunas mujeres. (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, 2004).
El debilitamiento de los músculos del suelo pélvico puede contribuir a la incontinencia urinaria y el prolapso de órganos pélvicos durante la menopausia (Sánchez, 2024).
La incontinencia urinaria se hace más frecuente a medida que avanza la edad de la persona. Se estima que afecta aproximadamente al 25% de las mujeres mayores de 60 años. Esta alteración tiene importantes repercusiones físicas, psicosociales y económicas. Sus principales factores de riesgo incluyen la edad, las gestaciones, los partos y la obesidad.
Algunos autores alegan que el hipoestrogenismo hace que todo el sistema de presiones de la vía urinaria caiga, lo que unido a la paulatina degradación de la uretra y la vejiga, favorece la aparición de incontinencia urinaria de esfuerzo. Por otra parte, el agravamiento del cuadro de urgencia miccional conlleva la aparición de otro tipo de incontinencia, la denominada incontinencia urinaria de urgencia (Gómez, 2010).
Fuente: tomado de: https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-menopausia-salud-genitourinaria-X0212047X10556284
El hipoestrogenismo conlleva una serie de efectos en el organismo femenino, ya que diferentes tejidos y órganos son sensibles a la acción de estas hormonas (Gómez, 2010).
En consecuencia, la incontinencia urinaria puede estar asociada con cambios en los tejidos del tracto urinario debido a la disminución de los niveles de estrógeno, que afectan la elasticidad y la función de los músculos y los tejidos de la vejiga y la uretra. Además, durante la menopausia, algunas mujeres pueden experimentar una disminución de la masa muscular, incluidos los músculos del suelo pélvico, lo que también puede contribuir a la incontinencia urinaria.
Existen diferentes tipos de incontinencia urinaria, y dos de los más comunes en mujeres durante la menopausia son:
1. Incontinencia de esfuerzo: Se produce cuando la presión sobre la vejiga, como la que ocurre al toser, estornudar, reír o hacer ejercicio, supera la capacidad de los músculos del suelo pélvico para mantener la uretra cerrada.
Robles (2006), afirma que la incontinencia urinaria se produce por un fallo en el mecanismo de resistencia uretral donde la uretra se desciende de su correcta posición anatómica, y por una disminución de la resistencia de la uretra.
Pérdida involuntaria de orina.
2. Incontinencia de urgencia: Implica una necesidad repentina e intensa de orinar, seguida de la pérdida involuntaria de orina. Puede estar relacionada con la hiperactividad del músculo de la vejiga.
Por otra parte, las mujeres con incontinencia urinaria desarrollan hábitos de comportamiento para paliar el problema en parte, tales como la reducción en la ingesta de líquidos, el aislamiento y retracción social, la utilización de absorbentes y la adquisición de una determinada frecuencia miccional, y otros hábitos miccionales, voluntaria (Pascual, 2002).
Aislamiento y retracción social.
Es importante destacar que la incontinencia urinaria durante la menopausia no es inevitable y puede abordarse con diferentes opciones de tratamiento, que van desde cambios en el estilo de vida y fisioterapia con ejercicio físico tipo Kegel para fortalecer el suelo pélvico, hasta medicamentos y, en algunos casos, cirugía.
Se recomienda que las mujeres que experimentan incontinencia urinaria en la menopausia busquen la orientación de profesionales de la salud para recibir un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
GÓMEZ. A., (2010). Menopausia: salud genitourinaria. Recuperado en:
https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-menopausia-salud-genitourinaria-X0212047X10556284 (13 de enero de 2024).
LEON, k., (2016). Incontinencia urinaria. Recuperado en:
https://www.medigraphic.com/pdfs/revmedcoscen/rmc-2016/rmc162j.pdf (12 de enero de 2024).
PASCUAL. MA. (2002). Prevalencia y calidad de vida. Recuperado en:
https://scholar.google.com/scholar_lookuptitle=Prevalencia+y+calidad+de+vida&author=Pascual+MA&publication_year=2002&journal=Prog+Obstet+Ginecol&volume=45&issue=%5Es1&pages=2-9 (14 de enero de 2024).
ROBLES. J:E. (2006). La incontinencia urinaria. Recuperado en:
https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1137-66272006000300006 (13 de enero de 2024).
SÁNCHEZ. G. (2024). Como afecta la menopausia al sistema urinaria. Recuperado en:
Grupo de trabajo de menopausia y postmenopausia. Guía de práctica clínica sobre la menopausia y postmenopausia. Barcelona: Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, Asociación Española para el Es2006tudio de la Menopausia, Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria y Centro Cochrane Iberoamericano(2004). Recuperado en:
https://es.cochrane.org/sites/es.cochrane.org/files/uploads/GPC_menopausia_definitiva.pdf (14 de enero de 2024).
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